Y entonces dijo Juan: “haced de mi carne y sangre de vuestro propia alma”, como ven solo a través de este amor, oblativo y ascendente, del distanciamiento con el mal puede uno alcanzar al Tres uno, el único número verdadero y real.
¿Pero qué ocurre con aquellos que creen en el cuatro? Como se supo, cuando el pueblo de Isreal se distanció del Tres, tuvo que luego establecer una nueva alianza, una real y verdadera, con la única y verdadera naturaleza del mundo y el hombre, que es hijo del numero Tres y sólo de él.
¡Tú numero no es real!¡El número tres no existe!¡Son falacias, falacias te digo! No lo puedo ver ni tocar, por lo tanto no existe.
Oh pero el número tres es más que eso, el se relaciona, él te ama.
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