Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

sábado, 29 de octubre de 2011

Homenaje a Calderón

Qué alegría la mía
nunca yo podría
nunca en toda la vida
Escribir como la vida es sueño
al talento de tan gran poeta
a sus fieras y proezas
vengo a rendirle honor
¿Qué es la vida?
Una prisión
De esta visión cargado
Leo y me siento liberado
Una ficción, una ilusión
Ira, rabia y dolor fuerte
fuera la muerte
Una historia de quimeras
aquí mi desdicha siente
Por el cielo, mar y tierra
Y sí, me aviva la mente
Y aunque nunca Calderón escuche
Semejante traición
Yo digo, de esta suerte
Trae una dichosa muerte
He amado una ilusión
Que toda la vida es sueño
Y los sueños, grandes son

jueves, 27 de octubre de 2011

La locura del deber: Curiosidades del imperativo categórico

Premisa: No se puede mentir. Nunca.

                                                                                    1

Un hombre busca asesinar a tu amigo. Tu amigo está oculto en tu casa. El hombre se presenta en tu puerta y pregunta ¿Dónde está tu amigo?

Respuesta de sentido común: No está aquí (mentir)
Respuesta Kantiana: No sé donde está (¿Dónde, dentro de mi casa, está?, No sé)

2

Te regalan una corbata horrible. Te preguntan qué piensas de ella.

Respuesta de sentido común: Es muy bonita, gracias (mentir)
Respuesta Kantiana: ¡Oh, nunca ha había visto una corbata como esta! No tendrías por qué dármela (porque es horrible) Gracias.

3

¿Me veo gorda con estos pantalones?

Respuesta de sentido común: No (mentir)
Respuesta Kantiana: Te ves igual que siempre (un poco gorda, no demasiado)

-          Sonríe y pregunta - ¿Cómo me veo siempre?

Respuesta de sentido común: Bonita, hermosa (mentir)
Respuesta Kantiana: A través de los ojos de alguien (desviar la pregunta)

-          Te mira, a la vez con risa y con desprecio  – Pero en serio, ¿Soy bonita?

 Respuesta de sentido común: Sí (mentir, un poco)
Respuesta Kantiana: Tu hermosura es como un día de sol en el ártico (débil y escasa)

miércoles, 26 de octubre de 2011

Halloween

1

El otro día era Halloween, mis amigos y yo fuimos a pedir dulce por las calles. Yo estaba disfrazado con una capa negra y unos dientes de vampiro. El Joaco andaba de momia, con rollos de confort. Daniela andaba de bruja y su hermana de princesa.
¿Las princesas dan miedo?
En una casa de por ahí, tocamos el timbre varias veces, hasta que la hermana chica de Daniela vio un canasto en el piso, dentro de la casa. Era una calabaza con muchos dulces dentro, y tenía un cartel. “Por favor, sacar uno solo” decía.
El grupo de los de sexto, que son más grandes que nosotros, se rio cuando les mostramos el cartel, que aun estaba pegado a la canasta llena de dulces.
2

Me da pena, verlo disfrazado con esa pintura verde que sus hijos usaron en su cara. Lleva tres horas allí, viendo malas películas. Ojala tuviera algún interés en salir, pero… está cansado, y no quiero pelear hoy, así que no diré nada. Incluso, a veces es bueno, me da anécdotas entretenidas… Seguro que alguien se va a reír cuando sepa lo que paso con su idea de los dulces fuera de la casa.

3

Y yo no tengo la menor idea que gracia le ven a estas fechas. Una festividad gringa más, hecha por ricos y para ricos. Supongo que es mejor que navidad, al menos. En navidad, en una familia grande, es casi seguro que yo no recibiré regalos de nadie. Y bueno, soy el padre de la casa. Hoy es el día en que los niños sacan lo más posible. Tienen incentivos para ir sacándole dulces a la gente lo más rápido posible. Buena ética de trabajo, los prepara para la vida. Compran dulces a cambio de no joderles la noche, algo como:
-          ¡Dulce o truco!
-          ¡Oh, pero que bonita princesita! ¿y tú, querido, qué eres?
Momento en el cual el niño la mira extrañado y dice, por instinto:
-          Cállate vieja, danos los dulces rápido, así funciona esto.

4

¡Oh, aquí viene mi monstruito! ¿Cómo les fue?
Bien, nos dieron artos dulces.
¡Humph! Dice el padre, cuando termina la segunda película que veía esa noche. Se pone de pie, cepilla sus dientes. Mira su rostro verde, la idea original de Hulk perdió su gracia cuando se le agrego el tono amargo. Sus ojos rojos conservaban una misantropía vehemente en su expresión más pura.

domingo, 23 de octubre de 2011

La inanidad de la virtud exaltada

Santo Tomás de Aquino, gran pensador del yux-naturalismo:


"Para que los santos puedan disfrutar más abundantemente de su beatitud y de la gracia de Dios, se les permite ver el castigo de los malditos en el infierno."

"En lo que se refiere a la naturaleza del individuo, la mujer es defectuosa y mal nacida, porque el poder activo de la semilla masculina tiende a la producción de un perfecto parecido en el sexo masculino, mientras que la producción de una mujer proviene de una falta del poder activo."

"Con respecto a los herejes... está el pecado por el cual merecen no sólo ser separados de la Iglesia por medio de la excomunión, sino del mundo, por la muerte."

San Agustín, el otro "gran" pensador cristiano:

"Es Eva, la tentadora, de quien debemos cuidarnos en toda mujer... No alcanzo a ver qué utilidad puede servir la mujer para el hombre, si se excluye la función de concebir niños."

"Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas en forma alguna. De hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones."

"Dos clases de humanos, los cristianos y los judíos. La luz y las tinieblas. Pecadores, homicidas, basura revuelta."

jueves, 20 de octubre de 2011

A preguntas estúpidas...

Camina Confucio con un discípulo por el valle en el principio de la primavera. Ambos contemplan y se maravillan con la hermosa flora, cuando, al encontrar un rio, deciden buscar un cruce y continuar su camino hacia la otra orilla. 
  Finalmente hallaron un hermoso puente en forma de arco. En el medio, Confucio se detiene para escuchar la armonía de las piedras en el agua. El discípulo, viendo su concentración, le formula una pregunta:
                         -        Maestro, ¿Cuál es la esencia del puente?
 Confucio muestra un semblante extrañado. Mira al estudiante perturbado. En un rápido movimiento, lo empuja al agua.

miércoles, 19 de octubre de 2011

El problema del mal, resumido

1.      Dios es omnipotente y bueno
2.      Existe mal en el mundo (presupuesto)
3.      Dios no actúa sobre el mal en el mundo, porque no es bueno o no es omnipotente, o Dios no existe.
La respuesta más comúnmente aceptada a este problema es la del ángel a Job, a saber, la razón divina está sobre la humana, por lo que el misterio debe ser aceptado con fe. 
Por supuesto, este argumento es circular, presupone
1. Dios es perfecto, su razón está sobre los hombres
2. Dios existe

El problema más inmediato es la aplicación de un principio metafísico obscuro. El de la perfección. La misma palabra revela una fantasía poco clara, podría esgrimirse 

(a)    La perfección es la comunión de todo lo bueno
(b)   Es bueno ser comprendido por los hombres (parecerá del todo evidente que fueron los hombres quienes inventaron la palabra y concepto “perfección”)
(c)    Dios (su razón) no es claro para los hombres
(d)   Dios no es perfecto (al menos para los hombres)


Más simple aun es la empírica constatación sobre preferencias. ¿Perfecto para quién? ¿Dios es rubio, musculoso, amarillo, barbudo, pelado? Ya sabíamos que era hombre, pues se dice padre ¿Supondríamos que ser padre es parte de ser perfecto? ¿Puede Dios crear una piedra tan grande que ni el mismo puede levantar?
La perfección es un concepto absurdo, no puede ser esgrimido con seriedad en un argumento moderno.

Respuesta B
1.      Si Dios juzgó que los hombres eran libres, y en eso consideró un bien mayor que dejarlos atados a la moral, la existencia del mal es prueba de su benevolencia.
Mi objeción proviene desde el libre albedrío.

           1. Dios es omnisciente
     2. Dios sabe todo lo que un ser humano hará
          3. El ser humano es libre

Si no hay contradicción en estos términos, a saber, un ser humano puede actuar libremente, incluso cuando Dios sabe todo lo que él hará, entonces.

1.      Un ser humano es libre
2.      Un ser humano puede hacer el bien o el mal
3.      Un ser humano puede hacer el bien, y eso es mejor que el mal (tautología)

Entonces: 

(a)    Dios es omnisciente, benevolente y omnipotente
(b)   Dios puede crear un universo de seres humanos libres que actúen bien o mal
(c)    Dios puede crear un universo de seres humanos libres que actúen solo bien (pues eligen siempre el bien, del mismo modo que eligen aun cuando Dios sabe lo que hacen)

No tiene sentido crear el universo (b) , si se es benevolente, pues el ser humano presupone que su sufrimiento es un mal. Por lo tanto, Dios eligió crear un universo donde los seres humanos sufren, aun cuando pudo crear uno donde no lo hagan.

Formulado en una manera directa, Primo Levi escribe:

  “Existió Auschwitz, no existe Dios”.

Francamente, todo este argumento es una tontería. Hasta las palabras bien y mal no son sino objetos creativos, creaciones literarias para nombrar una convención y fruto de las costumbres humanas. Los metafísicos han querido desdeñar la poesía, y han sido, en cambio, confinados a malos poetas, relatores de antiguas bestias mitológicas. 

Con respeto a Kierkegaard, quien se reía del argumento ontológico de San Anselmo, el cristianismo es absurdo. Si uno quiere creer algo absurdo, a mi me parece que no hay ningún problema. Mucho mejor un tolerante irracionalista que un racionalista nazi.

lunes, 17 de octubre de 2011

El último hombre

“Ha llegado el momento de que el hombre se proponga su meta. Ha llegado el momento de que el hombre siembre la semilla de sus más preciosas esperanzas. Todavía es su suelo lo bastante rico. Mas llegará un día en que tal suelo será demasiado estéril y miserable, y ningún árbol elevado podrá ya crecer en él. Yo os lo anuncio: es preciso llevar aún algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. ¿Qué es amor? ¿Qué es creación? ¿Qué es deseo? ¿Qué es una estrella? Esas preguntas se hace el último hombre, entre gesticulaciones y guiños. La tierra se ha empequeñecido, y sobre ella da brincos el último hombre, el que todo lo empequeñece. Se trabaja aún, porque el trabajo es una distracción: mas hay que procurar que tal distracción no haga daño. ¿Quién quiere aún gobernar? ¿Quién aún obedecer? También esas dos cosas resultan demasiado molestas. ¡No haya pastores ni rebaños! Todos quieren lo mismo, todos son iguales; y quien no se conforme, al manicomio. Todavía disputan, pero para reconciliarse pronto: lo contrario estropea la digestión. Se tiene pequeños placeres para el día y para la noche; pero hay que respetar siempre la salud. “Hemos descubierto la felicidad”, repiten los últimos hombres, entre gesticulaciones y guiños.”

                                 Friedrich Nietzsche, "Así habla Zaratustra"

jueves, 13 de octubre de 2011

El capital secular


“Piensa que el tiempo es dinero “…” Piensa que el crédito es dinero “…” Piensa que el dinero es de naturaleza fértil y con capacidad de reproducción. Quien mata una moneda (la gasta) mata todo aquello que podría haber producido con ella. Quien pierde cinco chelines no solo pierde esta cantidad, sino todo lo que podría haber ganado empleándolos en la industria, lo cual llega a ser una suma significativa cuando un joven alcance una edad más avanzada

                                                                             Benjamin Franklin


¡Corred, corred a las iglesias. Queman, en vuestros bolsillos, el demonio os tienta. Ahorrad, mas consumid, ahorrad en el Mall, ahorrad en las horas de trabajo, ahorrad tiempo con vuestra familia, porque solo así el futuro alcanzará el desarrollo!
  El hombre, en su orgullo, desafió al mercado. Desde lo alto, en Wallstreet, cayó, las acciones perdieron su valor. 
Hermano, predica la palabra. A tu hijo, al hijo de tu hijo. Decidles, que viene la buena nueva. El desarrollo ha llegado.   
                                                                     
El mercado es un dios único y celoso que no admite rival humano ni divino. Fuera del mercado, no hay salvación.
En la calle, los maestros de la ley venden chocolate y alimentos. La única palabra sagrada es la de las revistas. No comáis. Solo una mujer que come lechuga y agua puede ganarse el retrato de su cuerpo en la portada del paraíso.
Ejercicio, comida sana. Remedios en la farmacia. Los paganos comían pan cada día, y por eso cayeron. Solo la ciencia puede prometer la vida eterna. Mientras hagáis ejercicio y no comáis, nunca morirás.
Más probable es que un hombre de cien años que corre todas las mañanas y vive en una mansión en California entre a la bolsa, a que un pobre consiga emprender.
¿Quiénes son estos hombres de fe, sino las tumbas del pasado muerto? ¡Al pasado, pisado! En su ignorancia, juran y rezan. Pierden el tiempo. Solo el templo de lo hiperreal es verdadero. Buscad la verdad en las noticias y en los diarios, solo allí conseguirás salvarte.
Comprad los unos a los otros. Solo en el consumo se construye el desarrollo.
Un día la bolsa caerá. Y el gran inversionista de siete empresas devorará los recursos naturales. El petróleo se acabará. La televisión dejara de transmitir. Solo los justos salvarán mi reino. Cuando la bolsa haya caído, solo los que han ahorrado y trabajo, podrán emprender en mi reino.
Y quien muera con más juguetes gana.
Quien se olvida, gana.
El ganador es el que más gana ¿Qué gana, me preguntáis? Gana la victoria, el anhelo y la ambición promueven rendimientos crecientes a márgenes de paquetes internacionales con expectativas de producción emergentes.

En verdad, en verdad os digo
 Si el grano de trigo come y muere,
 Queda él solo;
Pero si no muere, es rico, y ha ganado.

Denuncias intempestivas

                                                                             1

Los cambios en el lenguaje según la era son sociológicos. Es decir, la ideología de la era es la ideología de la clase dominante (postulado marxista evidente). Hoy en día es imposible equivocarse si detrás del discurso está la palabra libertad – algo más de cuidado si uno quiere invadir un país pobre, en cual caso debe repetirla más veces – Sería sorprendente ver como en el pasado a nadie se le ocurría semejante extravagancia. ¿Vivir sin vínculos? ¿Dejar hacer? Los únicos campesinos vivos eran los que tenían el apoyo de un señor con armas. Los únicos terratenientes, señores feudales, imperios, jefes, etc, exitosos, son los que ocultan su poder tras un discurso hermoso.
2          

Un demonio pelea con otro. En el intertanto, el mundo sufre. Un demonio vence al otro. Estados Unidos saca una película. El demonio vencedor es el héroe protagonista.

                                                                            3

La libertad se acerca a un peligroso sentido negativo de abandono. Es la anomia de la época. ¿Pero quién es libre solo? ¿No era la libertad para hacer cosas? ¿Y quién quiere hacer algo si lo dejan solo? Lo único que se desea en un palacio encerrado, lleno de sirvientes, bañado en grandes fortunas, es perder algo, para encontrar algo que buscar. La libertad, como esa felicidad que soñó Aristóteles, no son como Aristóteles creía. Se hace camino en el andar.

                                                                            4

Los pobres y los ricos son igualmente libres para dormir bajo los puentes.

                                                                           5

En África no hay moral. En África hay hambre. Si nos escandalizan con discursos sobre totalitarismos teocráticos; es porque los condenados de la tierra tuvieron una dosis sana de duda cuando el europeo cristiano llegó, pisoteó su tierra, invadió su cultura, le inventó un alma para decirle “no la tienes”, y detrás le puso un libro con el mensaje. “Pon la otra mejilla”. El islam, con todas sus aristas malditas, fue un mal necesario. Los europeos crearon un país donde había mil culturas. Había que crear identidad nacional de alguna manera, y es por eso que una dictadura es tan común. Por aquellas tierras, la estabilidad social y política es la única manera de mantener un estado neo-colonial extractivo. De otro modo, no podrían mandar sus mejores alimentos a Europa.

                                                                     6

No hay ninguna guerra justa. Jamás. Incluso cuando me invaden sin provocación – cosa menos común de lo que se cree – Las tropas que se manda para una “invasión ética” son jóvenes con esperanzas. Los jóvenes que se manda a morir no son la bandera, sus cuerpos, bajo un ataúd patriota, tenían sueños que bien podrían ser cumplidos en cualquier país. Así mismo, los civiles muertos en Irak, los muertos de Afganistán, los muertos de cualquier lugar, no quieren democracia. Ellos están muertos. No tenían culpa alguna. Los muertos no quieren democracia, pues aunque todos mueran, aunque la muerte venga a todos por igual sin distinción de raza o lugar, ellos murieron por un fantasma desconocido. Los ideales están manchados por la sangre y la miseria de los que se sacrificaron. La torre de babel, por cuanto no existe, es más peligrosa que todas las torres reales.


sábado, 8 de octubre de 2011

Ulises y Nietzsche

Nietzsche vio la banalización y burocratización del orden burocrático en Europa moderna, y lo juzgó repulsivo.  Quería encontrar, en esta vida cotidiana, ese componente dionisiaco de irracionalidad y excelencia presente en Homero. Vio lo trágico de una existencia sin deseos, cómoda, la del “último hombre”. Nietzsche quería contar un relato que merecía ser vivido una y otra vez. El “eterno retorno” a la propia vida, a una vida cuya historia fuera apasionada, y no nihilista, una vida grandiosa y aventurera, aun si trágica, entre las vicisitudes de lo ordinario en el mundo urbano desarrollado. Pues por ser tales hechos corrientes, su nombre los ha abandonado; no son hechos en absoluto.
Pero Nietzsche sabía demasiado y era demasiado reflexivo. Nietzsche quería la vida de Ulises, pero tuvo que enseñarla en sus libros. Para eso, jugó Platón a su propio Sócrates.
Esta fue su tragedia. A los cuarenta y seis años, su obra era su vida. A los cincuenta y seis, su hermana se había ya aprovechado de sus manuscritos. Loco, tras una larga vida llena de enfermedad, Nietzsche murió sin viajes. Nunca tuvo tiempo de extrañar su hogar.
 Es tal vez el punto más importante del Ulises de Joyce, que nuestra vida, nuestra insignificante “enfermedad hasta la muerte” como dijo Kierkegaard, es una odisea. Esperemos que en su final, haya algo que merezca la pena ser contado.
Por mi parte, encuentro algún consuelo en el amargo recuerdo de un hombre tan sensible para empatizar con un caballo herido, para derramar lagrimas por su sufrimiento, que sin embargo, puede vivir en sus lectores a través de una vida en busca de pasión. Y tal vez fue esta búsqueda una pasión suficiente, pues despierta mi más profunda admiración.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Qué hacer ahora que el mundo ha acabado

Unos pequeños hombres en habitaciones cerradas cubiertas por grandes edificios presionan botones dentro de maletines rojos. Numeritos aparecen en la pantalla.
A cinco mil kilómetros, un gran pez de metal emite un enorme rugido, y desde su boca emana el fuego de la esencia infernal. El fuego viaja a través del océano, y surge desde las profundidades.
En la tierra de los hombres, un gran terremoto comienza. La hidra con forma de hongo se despeja y una gran luz en la tierra desaparece, cuando el mundo se llena con polvo y nubes negras cortejan el ocaso. Una tormenta eléctrica se forma. Marca la llegada de un invierno perpetuo. El cielo sobre el desierto era del color de la televisión, cuando el canal está muerto.
“Wow” – dicen las personas frente a la pantalla del cine
¡Qué gran película! – piensa un niño aun muy joven para sumar.
¡El mito retorna. En nuestra vida, les digo, en nuestra vida, el mundo va a acabar, y de eso no hay duda alguna! – dice el padre
No seas tarado– dice la mujer detrás, que sufrió la excesiva cabellera del padre, en frente a su asiento, toda la película. – Todos siempre han creído eso.
“¿Pero, como no se iba a acabar el mundo en mi vida? “- es lo que el padre quiere pensar, cuando lo interrumpe su hija.
Yo creo que no va a pasar eso. La gente se quiere.
Todos la miran en silencio.
-          Porque si la gente quiere ser feliz…yo quiero a mi hermano, y si el mundo acaba, no estaría mi hermano, ¿Cierto?
Entonces no va a pasar eso.


Este era el argumento que había aprendido de su profesora hace unos días. Magdalena estaba en segundo básico, por lo que tan fino razonamiento le había ganado una sonrisa en el cuaderno.

“¿Mi novio no me quiere, mi trabajo es una mierda, tengo que aguantar una pendeja sabelotodo y un gordo melenudo que se pongan al frente mío toda la película?” – es lo que quería pensar la mujer. Como se ve, ella no había recibido una sonrisa.
-          No, no va a pasar – dijo el padre. Era una complicada técnica que aprendió en un manual de crianza. “Como estar de acuerdo con tu hijo” se llamaba. Le costó cinco mil pesos en la librería del Mall. No tenía problemas con su hija. Simplemente estaba barato.
La niña dio vuelta a su padre y dio una sonrisa (una real)
“Pero que gran padre soy” – es lo que quería pensar. Y en efecto lo hizo. Los manuales de auto-cuidado aconsejaban este tipo de reconocimiento.
Esta es la historia que se presenta a usted, señor lector, si la ha encontrado interesante, lo invitamos a comprar el DVD o la versión online. Visítenos en nuestra página web a la hora que se le plazca, en especial a las dos de la mañana en un sábado por la noche, si es que está aburrido y se siente miserable.
“Oh, pero que serio es todo este asunto de la guerra”. ¿Cómo se le ocurre tratarlo así? ¡La gente muere!
¡Los personajes mueren!

domingo, 2 de octubre de 2011

La modernidad y el aburrimiento

¿Son dos siglos, dos mil años? ¿Cinco mil años quizás? ¡Cuánto progreso de la especie, cuánto tiempo libre hemos acumulado para conocer! ¿Y qué sabemos? ¿Sabemos vivir? ¿Se aprende a vivir? El último siglo está casi exclusivamente dedicado a saber cuánto no sabemos. Mientras disfrutamos de esta hermosa religión, “el gran proyecto”, la compleja realidad, la excesiva cantidad de información concluye sus máximas universales en los “proyectos de doce pasos”. El verdadero heredero de la modernidad es, no el científico, no el filosofo, no el atleta, sino el gurú esotérico. Solo él comprende lo que la gente quiere. Solo él sabe, que las personas no quieren conocimiento, no quieren sabiduría, porque de conocimiento se hace información y programas televisivos, y de sabiduría se construye la felicidad. Pero la gente no vive para la felicidad, porque ella está siempre demasiado lejos. La felicidad, como ese Dios cristiano, es demasiado ausente, demasiado atemporal para intervenir más que remotamente. Por su ausencia, duele. Duele como un fracaso que hay que olvidar. ¿Dinero? Asqueroso. ¿Sexo? Efímero. No, la vanguardia tiene por delante el estandarte del entretenimiento, con sus tambores, los medios, y sus maestros, los concejeros baratos y oscuros, los “tips” oligofrénicos, los cultos a Satanás, los fundamentalismos religiosos o científicos. Un programa de doce pasos repite hasta la nausea “la vida es simple”. Deje de fumar, deje de beber, deje de pensar, deje de comer, no se aburra ¡Por supuesto que sería simple! Esa no es la vida. Nada más que una frase insensata y cobarde. Quien disfruta al escuchar lo que debe hacer, teme a la vida. Está distraído. Lo han distraído. Perdido, en miles de años de avance, no sabe qué hacer. Su trabajo es fútil. Su rutina enfermiza. ¡El optimismo lo salva! ¡Piense positivo, miéntase leyendo libritos infantiles!
Para eso están los desiertos. Porque no es coincidencia que en el desierto se abstraiga la mente. Un libro de autoayuda, un cursillo sobre optimismo, un culto fanático, todas extensiones del desierto mental.
Si no saben poblar el desierto, empiecen a contemplar el suicidio. Cuando sepan de su inevitable muerte, sabrán lo poco que tiene de vida su vida. Tal vez entonces, sabrán del optimismo. Aun en la tragedia, el corazón bombea sangre, y el estomago quiere alimento. De la razón, palabras. De la sangre, vida. Es la mente que se pierde en el orden del caos.