Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

miércoles, 27 de julio de 2011

Samsara


Finalmente llegué a concluir que encontrar mis guantes era imperativo para continuar con mi vida ¿Cómo decirlo? El frio, el aburrimiento, el agotamiento, el deber, me llamaban, estos guantes eran el último aliento que salvaguardaba mi dicha. Tendría pronto que dejar la comodidad de mi hogar para enfrentar la ventisca del mundo. Le pediría a Dios auxilio, en busca de un clima más clemente, mas su ausencia es tal que lo pensé del todo inaccesible. De todos modos no tendría tiempo, no tendría energía para esperar a su puerta, La puerta, que seguramente tendrá una fila de cien infiernos.
Consideré dejar mi habitación con las manos en los bolsillos, sin embargo la ciudad, el dinero, las tarjetas, los saludos, me obligarían seguramente a extraer mis protegidas palmas y exponerlas a la inmundicia. Con este juicio en mente busqué mis guantes a lo largo de cajones y armarios. Los busqué en mi mochila, los busqué en un cuadro, los busqué en la cocina, en el baño, en mis bolsillos, en el rostro de ella y en mi mente. Lo que no pudo traer el recuerdo, lo que busqué infinitamente, me trajo vergüenza. Decidí sentarme y meditar sobre la locación precisa que podrían haber tomado. Imaginé las multiples situaciones en que alguien más, otra persona, se hubiera propiciado del derecho que poseo, los hubiera usado, luego arrojado a cualquier rincón oscuro del averno. Un matrimonio fugaz, un destino horrendo que seguramente habían sufrido cuando no estaban en mis manos.
¿Habrá sido su fin? ¡Qué destino cruel, que desamparo más absurdo! Han visto su fin, y la muerte, han cesado en el abismo, sin hacer ni desear mal a nadie, ahora ya no son, ya no quieren ni aman, solo mueren y se borran, gobernados por un destino justo e insensible.
En fin, no hay camino. A esa historia, la de mis preciosos guantes, que alguna vez necesité, tendré que vivir como testimonio. En adelante, haré la mía propia, a través de ventiscas urbanas, hasta que yo algún día muera también, de frio o de anciano, y seamos una firma en el tiempo.

jueves, 21 de julio de 2011

Merely a Shadow

I came upon a great plain of yellow soil and red sky. Where would I find peace, if not away from both noise and music? And yet it seems even I, a shadow of man, cannot quiet the thought that finds it’s way in solitude. Merely a reflection, yet dreaming of desire.
To despise poetry, what if not a batte cry! All these moans, but a condemnation! To renunce life, that is truly sinful!
Oh, but I disgress. The grass is now frozen, I cannot hope but to see the sky break and the water fall, to hear the music  I’ve saved, the rememberance of my very soul. And so I hear Beethoven, as I write in a foreign language, imagining this frozen sea upon wich falls Kafka’s axe, to chop the very ice from the water that is the flow of life. Can I finish this poem? Can one live withouth this axe?

miércoles, 20 de julio de 2011

Con decoro

Es un verdadero dilema, te digo, verás, si había de considerarme decoroso, por el meritorio trato que la situación evocaba y con la obscena retorica que le corresponde, no tenia pistas sobre el trato que a la dama debía ¿sería mejor tratarla de usted, considerando la elevaba importancia que su cargo simulaba? ¿Lo merecía, tal vez, por su honra y apropiada cortesía? ¿O es por este extraño ropaje y la manera en que me mira, que me permite, quizá me ordena, tutearla? ¿Tendré tiempo de evitar alguna opción?
-          Este país me molesta – decía ella mientras meditaba sobre el anterior problema - ¡En Rusia, a Pushkin le tienen calles, estatuas, librerías, hasta un estadio! ¡un estadio a un poeta! ¡a un poeta! ¿Cuántas calles a asesinos y violadores tenemos? ¿Cuántas estatuas a ladrones? ¡Me indigna!
-          Se trata de la importancia ¿Quién sabe como estaríamos si no hubieran muerto tantos indios? ¿Quién sabe como estaríamos si no hubiera habido cruzadas? Esos inmorales, al fin, son los dioses del pasado.
Y con esto he evitado nombrarle usted o . Disfruto de una efímera tregua.
-          ¿Le puedo interesar en un trago?
¡Ajá! ¡Usted! Aunque me siento algo defraudado. Esperaba algo más de confianza, escuchándola hablar con tanta pasión y furia ¿Quién habrá inventado que la ira es una “mala emoción”?
-          Por supuesto, lo que sea de su voluntad
-          ¿Debo entender que te da lo mismo qué es lo que bebes?
       Sumamente complejo. No sólo debo retractarme, en vista de lo poco efectiva que ha parecido mi falsa humildad, sino por ser caballero, tal vez me convenga…
-          Confieso que en lo que respecta a tragos, soy un mendigo
He visto una sonrisa, es mi victoria.
-          El trago es el remedio de príncipes  - dijo mientras abría el sombrero de mariachi en una botella de tequila
-          Aunque a Pushkin no le homenajearon antes de muerto – dije en un olímpico retorno que mostraba mi atención.
-          Cierto, muy cierto “Si yo no hubiera nacido, nada de lo que conoces sería como es”
-          ¿perdón?
-          El epitafio de Newton
-          Ah. “El cielo estrellado sobre mí, la ley moral en mí” ¿quién sabe dónde nos llevará la ciencia sin dioses?
-          El epitafio de Kant, muy bien, pero sabe, a menudo los santos son los más despreciables. ¡si todo el mundo desprecia! ¿Qué sabe el moral del mundo, qué posible ventaja le tenga al borracho?
-          “perdóneme el polvo”
-          Si, ese está mejor.
“nos vemos pronto, mientras, ignoren esta roca”
-          No, ese no me gustó, ya te pusiste muy cínica.

viernes, 15 de julio de 2011

El pendiente de turquesa


A las pirámides fallidas sucedía por fin la primera gran pirámide roja de Dahsur. La madera de Libia y las minas de turquesa en Nubia, todos sus logros eran, confieso, motivo de orgullo. Era un reinado prospero; verdaderamente, un indicio de la grandeza venidera.
Un día mi faraón Seneferu se encontraba aburrido. Le sugerí tomar un paseo en bote con algunas mujeres, las cuales vestí con redes de pescar, solo por diversión. En los años futuros otras mujeres se deleitarían en esta extravagancia.
Surcábamos las olas placidas en calma, a medida que el sol bañaba nuestros rostros. Dentro del bote, sin previo aviso, una de las sirvientas dejó de remar y rompió en llanto. Seneferu se acercó a ella para cuestionarla. “Mi collar de turquesa ha caído al Nilo” dijo la joven, sumamente angustiada ante tan precioso tesoro.
Seneferu le dijo calmadamente: “No te preocupes, te daré otro”
A lo cual la afligida joven contestó: “No, es que ese era mi collar, era especial”
En presenciar esta insolencia, despertó mi furia. Mi faraón tornó sus ojos, aun callado, se acercó y me ordenó, como conspirando, que trajese un hechicero. El excéntrico hombre de noble ropaje llegó con prisa. Seneferu le susurró algo al oído.
 Nos encontrábamos en tierra nuevamente. El hechicero caminó tranquilamente hacia la orilla del rio, abrió sus brazos y cantó. La majestuosa corriente de agua se rompió, el curso del Nilo se detuvo, y dos grandes surcos de agua se levantaron, mirándose de frente, como un torbellino estático, mientras el sacerdote seguía cantando. Seneferu caminó hacia donde las aguas se habían desnudado, pisó las profundidades entre muros de agua, exploró la arena con tranquilidad. Entonces lo vi agacharse y coger algo del piso.
En presenciar esto, algo profundo despertó que en mi vida nunca había conocido. El faraón retornó, el agua volvió a su curso natural. Rumbo a donde la paralizada joven se encontraba,  Seneferu pasó a mi lado y dijo, en voz baja: “tenías razón, ya no estoy aburrido”.


miércoles, 13 de julio de 2011

Annie Hall conoce a Sally

-          ¿Así que odontología ah?
-          ¿claro, y tú?
-          ¿yo? Yo soy actor (con esto la tengo)
-          Ah (eres hermoso, me da igual lo que hagas)
-          Sí, es que quería ser ingeniero pero, preferí explorar mi alma
Continuaron...
-          Es que subestimas el peso ontológico del orgasmo, es tal que por no tenerlo tu vida es miserable.
-          Tienes que reconocer la gracia de los filósofos, saben ver televisión dentro del alma (este es un virgen)
-          Yo creo… que la característica fundamental de una vida feliz es la mentira (quiero morir, morir, morir)
-          Tu lo que necesitas es una puta


3 meses después


- el amor cede al hambre, tu sabes que yo necesito explorar (maldita ingenua seguro me has mentido)
-  Eres un amargo, ese es tu problema, yo quería tener una relación seria

 -   (¿Seria, así como final feliz, o seria como el holocausto?)
-¿Me estás escuchando? Mírame a los ojos cuando te hablo
               -     Disculpa, es que eres muy bella y me aturdes, en serio
O sea yo veo más allá, busco personalidad, pero es que te vez tan linda hoy que no sé cómo pude mentirte.
-          Ah sí, comprendo
-          ¿en serio?
-          Comprendo que te cuesta acostarte con alguien pensando que eres un animal
-          Las que tienen personalidad somos las con ropa, al resto no ven pasado el escote
-          No seas así, es machista
-          Al contrario, ustedes son demasiado idiotas para ver la meta antes de correr tras ella
-          Es que mira, el amor, es un invento ¿por qué no reclamas tanto contra los ateos? Es que yo no creo que sea así, tan arbitrario, tan cultural.
-          De nuevo vienes con tus masturbaciones mentales. Estás hablando conmigo, no con un papel.
-          (¿masturbaciones mentales?) ¡Por lo menos las mujeres de mi mente me aman!

(Parece que la he cagado, debo decir algo, rápido) En fin. Entiendo que ya no somos compatibles.
-          Pero, espera (no, no, por favor no me dejes)


      -   ¿Y para qué te metes con gente si todo es una mentira?
      -     Porque se siente solo, naturalmente
 


 

martes, 12 de julio de 2011

La fundación

Cuando me piden que cuente la historia de la fundación, me resulta difícil decir la verdad. Verás, pedirle a un sequito de monjes que asalte y deprede infantes y ancianos resultó sorprendentemente difícil. Ante todo, subestime gravemente la sensibilidad religiosa de mis compañeros. No obstante, esta  fue una preocupación menor,  comparada con intentar disimular los llantos de las carpas de campaña. Los reclutas extrañaban a sus mujeres, eso lo comprendo ¡Pero está repleto de doncellas aquí! La desgraciada de mi hermana tuvo que expresar su gusto hacia al género masculino entre las tropas. No es que le reprochase su excentricidad, y sus gustos me tienen sin cuidado; pero cuando comenzó a leer Orgullo y prejuicio la noche antes del saqueo, lo hizo con tal gracia que pronto todo estaba perdido.

Me piden que cuente una historia, pero aquel flaco comandante asediado por varias mujeres robustas, apaleado por piedras de niños, no podía ser yo. Ese, sin duda, no era yo. 
Algo muy extraño ocurrió. En la noche, después de haber huido de dueñas de casa, mojaba mis heridas de guerra en agua cuando vi una niña errando alrededor de la fuente. Al principio me pareció que estaba borracha, luego pensé en ese peculiar caminar aventurero, y se me ocurrió una excelente idea. En tres noches de arduo comercio y tráfico de barriles, las sospechas sobre mí eran universales. Corría de lado a lado con capuchas vertiendo sospechosos líquidos en el agua.
Lo más cómico, a mi juicio, es lo rápido que cayeron borrachos. En el cuarto día de esta invasión de monjes solidarios y hombres enamorados, desperté a una ciudad durmiente. El vino de la fuente se había expandido, pronto en el pozo, pronto en su sangre, de modo que sería fácil poner mi lastimoso cuerpo en el trono. Planeaba disfrazarme como el rey y quedarme sentado para siempre. La sorpresa llegó cuando supe que no solo no había tal cosa como un rey, sino que la ciudad entera había ya elegido un regente. La elección había ocurrido en la noche de juerga, planteada por mí como sabotaje, y el líder no era nada menos que mi hermana.
 Admiraban ante todo su gran elocuencia y erudición. Cuando inquirí sobre su sabiduría, y la gracia que habían visto en semejante mujer, mi fascinación no fue menor que mi desconcierto.
Yo, que tenia amplio conocimiento de la ley desde Roma; yo, que sabia griego, que sabia filosofía y matemática, era un pobre inútil. Sucede que mi hermana había escrito algunas historias, caperucita, blanca nieves y quién sabe qué, y esas historias habían, de algún modo, alegrado el corazón del pueblo.
Es desolador saber que la profesión de Bardo se valora más que la de escriba, pues ya tenía buen camino recorrido cuando elegí las cuerdas. Aun así, encuentro consuelo en esta rareza. Si me piden que les cuente esta historia de fundación, no tengo más que mentir un poco, pero bueno ¿No era de eso lo que se trataba ser Bardo?

domingo, 10 de julio de 2011

Notas varias - China

Francis Bacon identificó la imprenta, la pólvora y el compás magnético como los grandes inventos, precursores de la ciencia moderna
¿Sabría Bacon que los tres fueron inventados en China?

En algunas listas de "personas más influyentes de la historia" aparece el nombre
Cai Lun, quien era un eunuco en el imperio Han, inventor del papel.

Durante todo el "medioevo"de todas las revoluciones en los grandes centros poblacionales; India, China y el imperio Bizantino, en China las revoluciones eran más frecuentes.

A menudo se culpa a Confucio por el retraso de China y su conservadurismo político, para los cual hay algunas citas interesantes:
"Abrirse a lo desconocido y lo inesperado es un medio para deshacerse de lo inesencial"
"Cuando los gobernantes toman el grano para darse banquetes,
su gente se vuelte hambrienta
Cuando los gobernantes toman acción para sus propios intereses
su gente se torna subversiva
Cuando los gobernantes toman vidas para mantener las suyas
su gente ya no teme a la muerte
Cuando la gente actúa sin apego a su propia vida, derrotan a aquellos que valoran solo las propias."

La escuela clásica


Un café casi vacío a las 9:00 am; El día es invernal. Un hombre carga varios libros con su brazo mientras saluda alegremente el encuentro fortuito con un conocido. Se encuentra sentado, bebiendo café negro.
-¡Compadre! ¿Como esta?
-No muy bien, lamentablemente.
-¿Qué pasa? Cuénteme, tengo tiempo – El hombre deja sus libros sobre la mesa mientras se sienta.
- Es mi hijo, me tiene arto, siempre está molestando
-¿Cuántos años tiene?
-veintisiete
-¿Y qué hace que te molesta?
-Tiene la crisis de la mediana juventud
-¿Cómo es eso? – Se inclina hacia adelante interesado
- No sabe pasar a la adultez, no tiene trabajo, habla en exceso, en fin.
- eh bueno, todos tenemos miedo a envejecer, hay que ver lo que la gente hace para olvidarse de la tumba.
- ¿Tumba? ¿Quién dijo tumba?
- ¿No se trata la juventud de no aceptar la muerte? – dijo proclamando la verdad más absoluta
- Para nada. Se pasa todo el día hablando del sinsentido de la vida y viendo películas negras
Se quedó en silencio por un segundo, meditando. Trataba de encontrar algo que decir.
Interrumpe el Padre - ¿No sabe lo qué es vivir y se pasa preguntando por la muerte? Ese es el problema. Si quiere un sentido de la vida, no más tendría que conseguir trabajo. Si va a morir, más vale que aproveche el tiempo, no más gasta en alcohol y consuelos enfermizos ¡Si le hubiera enseñado, solo si hubiera aprendido a hacer algo con sus manos!
-          Concuerdo, pero es que quizá tenga una sensibilidad especial, tú sabes, de esa gente que le importan cosas extrañas.
-          ¿Cosas extrañas? ¡Porque le sobra tiempo, claro!
-          Seguro que le preocupa rendirle honor a algún patrón o  ideal abstracto, eso le lleva a hablar.
-          Si no sabe rendirle honor a los que viven a un lado de él, ha de callarse sobre la pobreza, el espíritu, el cielo o la delincuencia. Para eso están los sueños y los cuentos; el mundo es el mundo, y no es todo suyo. No, esto no es sensibilidad, es distracción, él no está deprimido, él es simplemente un egocéntrico.


miércoles, 6 de julio de 2011

Prefacio a la Reunión del Pabellón de Orquídeas

 Los nobles del sur de China - y en general todos sus habitantes - siempre tuvieron una actitud orgullosa, una sensación nerviosa hacia la cultura. Las regiones del norte, más antiguas, habían sido el lugar de la mayoría del progreso cultural, el comercio, así como el desarrollo de imperios y dinastías pasadas. En este contexto, un grupo de caballeros del sur se reúne en un campo de orquídeas a beber vino, mirar las estrellas y escribir poemas. Ojala no los espante mucho este prefacio al prefacio, que uno de esos caballeros - gran poeta - hizo, y juzgo absolutamente notable.

"En el noveno año de la era Yung-ho, al comienzo del último mes de la primavera, cuando el calendario señalaba kuei-chou, nos reunimos en el Pabellón de las Orquídeas en Kuan-ji, para celebrar la Festividad de la Inmersión. Fue una reunión de todos hombres honorables, los jóvenes junto a los viejos. Rodeados por altísimas montañas y empinadas colinas, espesos bosques y enormes bambúes, junto al arroyo de aguas cristalinas sobre el que se reflejaba todo el paisaje de alrededor, y que había sido reencausado para poder jugar al juego de las copas de vino flotantes, todo a lo largo de su curvado curso. Nos sentamos según fuimos llegando. Y aunque no estábamos acompañados por los magníficos sonidos de flautas y cuerdas, apenas unas copas de vino y luego un poema, fueron suficientes para remover nuestros más íntimos sentimientos. El cielo estaba despejado y puro el aire. Corría una brisa muy agradable. Al contemplar hacia arriba apreciamos la inmensidad del universo; hacia abajo la abundancia de seres vivos. Dejamos vagar la mirada, y nuestras emociones fueron emergiendo de modo que disfrutamos más aún de todo aquel entorno pleno de rincones y sonidos maravillosos. ¡Qué gran felicidad, ciertamente! Los hombres se reúnen en grupos de amigos durante lo que dura su vida. Algunos se contentan con liberar sus más íntimos sentimientos sólo en conversaciones privadas mantenidas en habitaciones. Otros, en cambio, no dudan en dar rienda suelta a sus deseos y viven alocada y salvajemente. Y aunque los temperamentos y preferencias sean tan distintos, ambos tratan de obtener placer de cada circunstancia, entregándose a ello felices, abstraídos por el momento y sin darse cuenta de cómo la vejez se aproxima. Y cuando la fiesta termina, dejan seguir curso a sus sentimientos y quedan inmersos en una profunda melancolía. Lo que tanto placer les brindó ha desaparecido en lo que dura un suspiro, ¿cómo sus corazones no van a sentirse destrozados? Más aún, la longevidad depende de la naturaleza y su constante transformación: y todo llega a un fin. Un viejo dicho asegura que “La vida y la muerte son las únicas cuestiones importantes”. ¿No es razón suficiente como para sentirse triste? Cada vez que leo en sus escritos cómo los antiguos se veían afectados por esta misma tristeza, siento que se reúnen dos mitades. Siempre me conmuevo al leerlos y no me doy bien cuenta de por qué. No me brinda mucho consuelo afirmar que vida y muerte son lo mismo; ni que tratar de alcanzar la longevidad de los inmortales es un disparate. Lectores del futuro volverán a estos días de hoy del mismo modo que nosotros ahora miramos al pasado. ¡Qué triste que es todo! Así pues, he recolectado lo que han escrito mis compañeros y lo he trascrito aquí. Aunque las circunstancias cambian, y los hombres habitan en mundos diferentes, lo que mueve a la melancolía y lleva a componer poemas, es lo mismo. Quizá los lectores del futuro también se sentirán conmovidos por estos escritos."
                                                               Wang Xi-chih (321-379)