Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

miércoles, 19 de octubre de 2011

El problema del mal, resumido

1.      Dios es omnipotente y bueno
2.      Existe mal en el mundo (presupuesto)
3.      Dios no actúa sobre el mal en el mundo, porque no es bueno o no es omnipotente, o Dios no existe.
La respuesta más comúnmente aceptada a este problema es la del ángel a Job, a saber, la razón divina está sobre la humana, por lo que el misterio debe ser aceptado con fe. 
Por supuesto, este argumento es circular, presupone
1. Dios es perfecto, su razón está sobre los hombres
2. Dios existe

El problema más inmediato es la aplicación de un principio metafísico obscuro. El de la perfección. La misma palabra revela una fantasía poco clara, podría esgrimirse 

(a)    La perfección es la comunión de todo lo bueno
(b)   Es bueno ser comprendido por los hombres (parecerá del todo evidente que fueron los hombres quienes inventaron la palabra y concepto “perfección”)
(c)    Dios (su razón) no es claro para los hombres
(d)   Dios no es perfecto (al menos para los hombres)


Más simple aun es la empírica constatación sobre preferencias. ¿Perfecto para quién? ¿Dios es rubio, musculoso, amarillo, barbudo, pelado? Ya sabíamos que era hombre, pues se dice padre ¿Supondríamos que ser padre es parte de ser perfecto? ¿Puede Dios crear una piedra tan grande que ni el mismo puede levantar?
La perfección es un concepto absurdo, no puede ser esgrimido con seriedad en un argumento moderno.

Respuesta B
1.      Si Dios juzgó que los hombres eran libres, y en eso consideró un bien mayor que dejarlos atados a la moral, la existencia del mal es prueba de su benevolencia.
Mi objeción proviene desde el libre albedrío.

           1. Dios es omnisciente
     2. Dios sabe todo lo que un ser humano hará
          3. El ser humano es libre

Si no hay contradicción en estos términos, a saber, un ser humano puede actuar libremente, incluso cuando Dios sabe todo lo que él hará, entonces.

1.      Un ser humano es libre
2.      Un ser humano puede hacer el bien o el mal
3.      Un ser humano puede hacer el bien, y eso es mejor que el mal (tautología)

Entonces: 

(a)    Dios es omnisciente, benevolente y omnipotente
(b)   Dios puede crear un universo de seres humanos libres que actúen bien o mal
(c)    Dios puede crear un universo de seres humanos libres que actúen solo bien (pues eligen siempre el bien, del mismo modo que eligen aun cuando Dios sabe lo que hacen)

No tiene sentido crear el universo (b) , si se es benevolente, pues el ser humano presupone que su sufrimiento es un mal. Por lo tanto, Dios eligió crear un universo donde los seres humanos sufren, aun cuando pudo crear uno donde no lo hagan.

Formulado en una manera directa, Primo Levi escribe:

  “Existió Auschwitz, no existe Dios”.

Francamente, todo este argumento es una tontería. Hasta las palabras bien y mal no son sino objetos creativos, creaciones literarias para nombrar una convención y fruto de las costumbres humanas. Los metafísicos han querido desdeñar la poesía, y han sido, en cambio, confinados a malos poetas, relatores de antiguas bestias mitológicas. 

Con respeto a Kierkegaard, quien se reía del argumento ontológico de San Anselmo, el cristianismo es absurdo. Si uno quiere creer algo absurdo, a mi me parece que no hay ningún problema. Mucho mejor un tolerante irracionalista que un racionalista nazi.

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