Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Halloween

1

El otro día era Halloween, mis amigos y yo fuimos a pedir dulce por las calles. Yo estaba disfrazado con una capa negra y unos dientes de vampiro. El Joaco andaba de momia, con rollos de confort. Daniela andaba de bruja y su hermana de princesa.
¿Las princesas dan miedo?
En una casa de por ahí, tocamos el timbre varias veces, hasta que la hermana chica de Daniela vio un canasto en el piso, dentro de la casa. Era una calabaza con muchos dulces dentro, y tenía un cartel. “Por favor, sacar uno solo” decía.
El grupo de los de sexto, que son más grandes que nosotros, se rio cuando les mostramos el cartel, que aun estaba pegado a la canasta llena de dulces.
2

Me da pena, verlo disfrazado con esa pintura verde que sus hijos usaron en su cara. Lleva tres horas allí, viendo malas películas. Ojala tuviera algún interés en salir, pero… está cansado, y no quiero pelear hoy, así que no diré nada. Incluso, a veces es bueno, me da anécdotas entretenidas… Seguro que alguien se va a reír cuando sepa lo que paso con su idea de los dulces fuera de la casa.

3

Y yo no tengo la menor idea que gracia le ven a estas fechas. Una festividad gringa más, hecha por ricos y para ricos. Supongo que es mejor que navidad, al menos. En navidad, en una familia grande, es casi seguro que yo no recibiré regalos de nadie. Y bueno, soy el padre de la casa. Hoy es el día en que los niños sacan lo más posible. Tienen incentivos para ir sacándole dulces a la gente lo más rápido posible. Buena ética de trabajo, los prepara para la vida. Compran dulces a cambio de no joderles la noche, algo como:
-          ¡Dulce o truco!
-          ¡Oh, pero que bonita princesita! ¿y tú, querido, qué eres?
Momento en el cual el niño la mira extrañado y dice, por instinto:
-          Cállate vieja, danos los dulces rápido, así funciona esto.

4

¡Oh, aquí viene mi monstruito! ¿Cómo les fue?
Bien, nos dieron artos dulces.
¡Humph! Dice el padre, cuando termina la segunda película que veía esa noche. Se pone de pie, cepilla sus dientes. Mira su rostro verde, la idea original de Hulk perdió su gracia cuando se le agrego el tono amargo. Sus ojos rojos conservaban una misantropía vehemente en su expresión más pura.

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