Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

miércoles, 13 de abril de 2011

Alguien importante


En aquel tiempo, cuando apenas tranzaba trayecto, comenzando el largo camino de la supervivencia, mi hermano Jacobo era ya viudo de una hermosa mujer, sin prole conocida. En el rio de la vida mi madre había sido una amazona y mi padre, a quien nunca conocí de rostro, un importante militar. En esta circunstancia la gran familia brillaba como centro de nobleza y dedicación. Por aquellos días, cuando ponía mis ojos en la grandeza, llamaba a mí una urgencia por la tinta, pero como había de plasmar mi nombre y no poseía los medios para hacerlo, confié el relato a mi hermano, Jacobo, a servir de escriba para alguien consagrado a la conquista, incapacitado, por aquel tiempo, en  tales estudios.
En la primavera de la primacía, a grandes victorias sangrientas obtenidas y enormes riquezas acumuladas, mi hambre tornaba dulce el amargo pan, convertía el agua misma en sabrosa ambrosia, de ella, borracho así me hubiera ahogado en vino, era invencible. Numerosos intentos de asesinato fortalecían mi ingenua creencia, era yo mi propio maestro, cuando magnánimamente desapercibido sucedió: Recuerdo vagamente una mañana, en mi cama volando en sueño, en que mi mano derecha entró a la tienda y me dio la noticia: Jacobo había muerto. No lo recuerdo enfermo, ni se me informó de violencia alguna dentro del cuartel. Mi hermano había muerto y yo no retrasé la campaña un segundo.
Si se ha de creer a las costumbres de disciplina militar, mi decisión y actitud fueron, ante todo, correctas y sabias. Se me acusará de cierta ligereza con los rituales, sin embargo ese hombre nunca fue más que mero escriba, un esposo, una sombra. Sobre él escuche en absoluto algún acontecer, a tal punto era que su rehuir que las vicisitudes, incluso las terribles, parecían a escapar de su sensatez, que todo lo bueno o malo sucedido aparecía en él sin tinte ni carácter, desvaneciéndose como hojas de árbol en otoño. Sus labios firmaban siempre la historia de alguien distinto. Tal vez sea ello su tragedia, pero sabiendo que no se me ha pedido juicio, y dado el escaso tiempo que dispongo, procedo sin deambular a mi punto.
Los he llamado aquí porque voy a morir. Guardad la impresión, ya estoy viejo y enfermo,  aunque no lo estuviera, la lucha ha dejado en mí marcas que nunca esperé portar. Siento el frio de la muerte extenuada llamarme, sosiego a ser vivido en sueño, sin sensación, sin hambre, sin sufrimiento ni color. Todo el poder que he evocado hoy en mis memorias es lo único que queda de un papiro muy largo y áspero. Aún ahora mi escriba apunta detalladamente lo que un anciano inútil dice. Si los he llamado aquí, y prestad atención, es porque de todos los hombres y mujeres que me han acompañado, incluida mi esposa aquí presente, Jacobo fue el único que nunca me hizo mal, que nunca mereció mi ira, que nunca sufrió el odio de nadie más que un biógrafo oculto y esquivo. Por ello, la única sabiduría que ofrezco, la rindo: Si han de seguir los pasos de alguien ¡hacedlo a galope! ¡Corran, corran desesperadamente, que este mundo no es justo y nunca lo será!
El anciano pronunció estas últimas palabras en agonía. Cerrados sus ojos, el hijo mayor cayó de rodillas a llorar sobre su pecho. El hijo menor miraba alto, con ambas manos juntas, sin oración, contemplando el cadáver de su padre.
Después de esto siguió la ceremonia, a quien todos los altos cargos de gobierno asistieron. La tierra fue dividida y peleada, el papiro…

No hay comentarios:

Publicar un comentario