Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

jueves, 24 de marzo de 2011

Voces en el agua

Caminaban un monje, un noble y un niño por el bosque cuando llegaron a una laguna. Habiendo caminado mucho y demasiado tiempo, decidieron posarse a la sombra que el árbol en el instante les regalaba y disfrutar la frescura del agua antes de proseguir  su viaje.
De pronto, al asomarse a la laguna para beber, una voz susurró al monje:
-Hombre de Dios, acércate, reza tus deseos, que yo te los cumpliré.
El monje no dudó:
Quiero ser tonto, para no entender y angustiarme con los problemas del mundo, quiero ser feo, para que todos me juzguen solo por mi verdadera naturaleza, quiero ser pequeño, para que no parezca amenazante ni sea sobrevalorado, quiero ser pobre, para compartir el sufrimiento, quiero ser esclavo, para no tener nunca un destino incierto, para elevar mi alma por sobre el resto de los hombres.
La voz susurró nuevamente:
-Se cumplirá. Tú, conocedor de los asuntos de los hombres, acércate y canta tus deseos.
El noble se acercó:
Quiero ser Inteligente, para que me resulte fácil resolver mis problemas, quiero ser hermoso, para que otros me vean y sientan placer, quiero ser alto, para hacerme notar y no ser ignorado, quiero ser rico, para poseer el poder anhelado y necesario, para ser libre, para vivir mis sueños.
La voz habló una vez más:
-Se cumplirá. Tú, pequeño soñador, acércate y dime lo que quieres.
El niño dijo:
Quiero ser sabio, tener la fuerza para actuar lo mejor que pueda, quiero que mi persona refleje la belleza de mi alma, que mis ojos digan más que imágenes, quiero ser de mediana estatura, de modo que otros no me vean encima de ellos, ni me atormenten como alguien insignificante, quiero tener riqueza para no preocuparme de ella, pero no poseer hasta el punto de ser poseído por ella, pero más que nada quiero ser libre, para elegir mis cadenas, para que atrapado por ellas, pueda ayudar a los esclavos del mundo y sonreír donde más cuenta.
La voz respondió:
Bebe del agua entonces, pues solo tú podrás sentir su vida envolverte.

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