Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Aventuras en un bar

Caminaba por un oscuro y húmedo pantano cuando al fin su sed de aventura fue satisfecha con una taberna abierta en el camino. Qué haría un agujero de mala muerte allí es algo que dejaremos a la imaginación del dueño. Entró decididamente, sin mirar a nadie a los ojos se dirigió al hombre barbudo detrás de la barra, a quien en menos de un segundo miró, hizo un gesto de asco por la mancha de algún sospechoso liquido en su ya harapienta camisa, y saludó, terminando así la conversación con una única palabra: “Cerveza”
Tragó sin interrumpir la mitad del vaso, el cual luego golpeó contra la barra antes de darse la vuelta y mostrar cara desafiante hacia los hombres del lugar. A su lado yacía un algo borracho enano quien le miraba con desprecio. Nadie se digno a retornarle más que una fugaz ojeada, de modo que sacó del cinturón su daga y la coloco junto a su cerveza, al tiempo que daba un excesivamente alto “meh” en resignación
El enano continúo mirándolo varios segundos antes que recibiera atención
-¿Que miras?-dijo el enano, cuya barba superaba incluso al desastrado dueño
-A alguien buscando una paliza-El hombre giro 90 grados hacia el enano sin levantarse
-Que divertido, debes estar mirando un espejo-el hombre tocó su daga con la mano derecha
El enano continuo mirándolo a los ojos al tiempo que depositaba una masiva hacha, del tamaño de su cuerpo en la mesa con una sola mano. El hombre la miró tratando ocultar su evidente preocupación, que de todos modos apareció por un instante en su boca.
-Te degollaría el cuelo antes que rozara mis cabellos
-No tenía pensado apuntar ahí-dijo afirmando fuertemente el mango de su arma
La puerta del local voló en pedazos y un enorme hombre entraba, detrás de él varios de estatura mediana parecían sus hijos
-¡Esto es un asalto!
El hombre quedo inmóvil con una expresión iracunda mientras un secuaz se adelantaba cargando un gran barril de madera vacio
-¡Danos todo el licor!
El enano giró todo su cuerpo con sorprendente agilidad y en un movimiento de polea lanzó el hacha, que voló hasta el barril y lo despedazó, clavándose entre las piernas de un nada valeroso ladrón.
Acto seguido la daga volaba pasando directamente al lado de la cabeza del líder.
Los ladrones se miraron unos a otros sorprendidos, luego el líder levanto la mano haciéndolos callar y dijo:
-Vaya manera tan drástica de desarmarse
Los dos hombres en la barra se miraron uno al otro contemplando que hacer. Rápidamente se lanzaron en carrera hacia la ventana del salón contiguo, donde lanzándose a sí mismos con igual agilidad que a sus armas volaron hacia la luz y escaparon entre medio de risas de borrachos.

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