Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

viernes, 11 de marzo de 2011

Sobre el cielo

Reconsideremos esta manera de ver el cielo como alguna especie de invisible  sitio detrás de cortinas elevadas, que separan el lugar donde vivimos del mundo de Dios (ya sea el más allá de los muertos o consideración divinas, también incluye ideas más allá de nuestro entendimiento) Sin embargo, el acto de pasar a través hacia el cielo se trata mucho más acerca de cambiar las propias percepciones que de una transición física. El velo es una idea, es un acto de transición en sí mismo, y solo el hecho que ambos seres vivos y entes religiosos divinos o ideas como el amor y la justicia trascienden con cierta dificultad esta barrera es que entrega al cielo el carácter y la creencia como un lugar con una barrera física.
Ahora si abrimos los ojos a este nuevo mundo, veremos la realidad caótica, siempre cambiante, un reino de la imaginación donde lo recordado tiene tanta sustancia como aquello que consideramos real-más incluso-en el hecho que aquellos valores espirituales (“justicia”) se ven definidos por la voluntad y la memoria, y con esa razón se perciben tan confusamente, meramente vislumbrados por partes, cercenados, al pasar desde “el cielo”. En nuestro mundo, el que todos compartimos, la imaginación no tiene sustancia, los objetos existen independientes del hombre, como los recordamos o las emociones con las que los asociamos. La percepción de “este lado y ese lado” proviene de la necesidad de pureza que caracteriza al abrir los ojos, el poder que se obtiene sobre el cambio de mundo a través de la percepción, poder que, con respeto por el pensamiento científico, podría simular alguna especie de magia.

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