Conversación

-Escríbeme rápido que me voy

-¡Pero si no te conozco! Primero necesito un lugar, y un tiempo

 -Chile, 2011

-Bueno, Chile 2011 ¿Qué pasa en Chile 2011?

-Pues que me escribes, eso pasa

-¡Necesito una acción o no tengo nada que escribir!

-Entonces estoy discutiendo

-Discutiendo, bien, con quién y sobre qué

-Con un boludo, sobre que me escriba.

-Te pasas y borro todo ¿ah?

-Vale, vale, cálmate

Entonces:

“En un verano invencible aparecía nuestro héroe en Chile, año 2011. En este rincón del planeta olvidado se hallaba a si mismo discutiendo con un gran y poderoso hombre”

-No me gustó ¿Por qué verano invencible? Esa clase de introducción retrasa la acción, aburre, no sirve. Además no has dicho nada sobre mí, pero si sobre otro personaje ¡Qué vergüenza de protagonista! Ah y, me gusta más “rincón olvidado del planeta”

-“Año 2011, Chile, aparece discutiendo con un incognito nuestro héroe en este rincón olvidado del planeta. Era un tipo de fuerte carácter, algo egocéntrico y con poca paciencia, pero aun así, se embarca en un viaje feroz”

- ¿Y quién te dijo a ti que yo no iba de viaje?

-Todas las historias necesitan un viaje

-No, a mi me gusta mi hogar, escribe sobre algo calmado ¿Sobre cómo veo tele quizás? No, sobre como invento una historia, sí, eso servirá. Eso si hombre, no aprecio tu tono, actúas como si lo superas todo de mi.

-Ok, ok, lo hacemos a tu manera

“El invencible héroe luchaba con el verano chileno en el comienzo de año. El 2011 comenzaba ancho arduo, con una ola de ásperas ilusiones cuando colocaba, por fin, una oración final en la larga discusión tediosa que precedía.

-¿Y eso no es prolongar? Bueno, lo escribo.

-Tienes que haber estado bastante aburrido para inventarte esta conversación

-¿De qué hablas? ¡Si fuiste tú quien escribió todo!