Como decía Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el nobel, la ficción de la literatura y otras artes son un escape, a la vez que un reconocimiento: Que la realidad no es suficientemente buena.
Pongo este blog con algunos cuentos y ensayos modestos escritos por mí, para entrener a quién le interesen, aburrir a quién le afliga, aborrecer a algún desdichado perdido y con suerte, quizás, si Dios me lo permite, emocionar algún alma sensible.
Si cree encontrar errores ortográficos o de redacción, tenga con toda seguridad la certeza que es con intenciones artísticas o educativas, para que al darse cuenta de mi error se sintiese bien de su amplio conocimiento.

jueves, 3 de febrero de 2011

Hedonismo espiritual


Escombros veteranos que desolan la memoria, la experiencia que trae el deseo del momento y se entreteje detrás de la mente. Se necesita pasado para ser persona, se necesita historia para ser pueblo. Veo las horas y semanas de duro trabajo en esperanzados hombres y mujeres, reniegan la incertidumbre, reniegan el miedo.

 No temerle a nada, no temerle a la posibilidad, no convivir con la muerte, ¿Cuánto podemos alejarnos de la naturaleza? Busquen la felicidad de cada instante, Carpe Diem, faltan hedonistas entre los honestos. A menudo los que aplastan en el camino se equivocan, creen la trayectoria más larga y dura de lo que tiene que ser.

¿Dónde está el límite entre la felicidad y la ilusión? ¿Y la ingenuidad? Un estudio entregó a un número de niños dulces, diciéndoles que si no se los comían les darían otro más tarde. El experimento reveló que aquellos que guardaban eran en su vida adulta mucho más exitosos que el resto. ¿Qué carajo significa ser exitoso? ¿Y si me basta con un dulce? “El hombre que no quiere nada es rico.” Falta querer para adentro: “¿Me preguntas porque compro arroz y flores? Arroz compro para sobrevivir, flores para vivir.”

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