-¿Qué me dice de la ola de información que clama un pasado donde no vivíamos en celdas?
-Bueno tú tienes que entender que estas sectas de terroristas harán y dirán cualquier cosa para…
Otro día de noticias sin nada nuevo, más vale que me vaya a la cama, mañana es un gran día.
Y pensando eso Mario Larraín se retiró a descansar.
Salía el sol de la mañana y nadie en la ciudad podía verlo. Las paredes de cemento y rejas de frío acero interponían el camino de la naturaleza. Mario introdujo su tarjeta de identificación y las puertas se abrieron, corrió apurado al transporte.
-¿Cómo amaneció hoy mi señor Mario?
Inmerso en los planos de la nueva celda que había diseñado Mario no respondió la preocupación cotidiana de su chofer. El servidor, inseguro por su posición de trabajo, resolvió no importunarlo más.
Dime Jaime, ¿no te dan lástima los animales del zoológico, sin nada que hacer, ninguna agenda ni horario?
-A esas criaturas no les importa más que comer mi señor Mario, no tienen ni un respeto por el orden establecido y el trabajo honesto.
-Sí, seguramente tienes razón.
Mario nuevamente entró en un estado de impermeable reflexión sobre la presentación que se aproximaba en pocas horas, la cual era decisiva para el futuro de su ya renombrada carrera.
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