Muerto como mineral, fui planta
y he muerto como planta y rosa para hacerme animal,
y he muerto como animal y fui hombre.
¿Por qué temer? ¿Cuándo fui menos en muerte?
Una vez más moriré como hombre, para alzarme
Con la bendición angélica; pero aun como ángel
moriré: Todo, excepto Dios, perece.
Cuando haya sacrificado mi alma angélica,
Seré lo que ninguna mente concibió jamás.
¡Oh, deja que no exista! Pues la
inexistencia
proclama en melodía:
“A él retornamos”
Rumi
No hay comentarios:
Publicar un comentario