Me pidió que
la acompañara a comprar una cortina de baño. Estaba muy ocupado, pero ha estado
muy extraña últimamente, a menudo le dan rabietas y rompe cosas, y en otras me
dice que me odia, y en otras que me ama. Me dijo que tendría sexo conmigo si la
acompañaba, le contesté que no hiciera ese tipo de ofertas. Me dijo que no necesitaba
mi caridad.
En la tienda
dijo algo mientras caminábamos. De pronto se dio vuelta y exclamó:
-
Si no vas ayudar, ¿para qué
viniste?
-
¿Qué hice?
-
Si te tengo que decir, es mejor que te vayas.
-
¿¡Qué!? ¡Pero dime qué hice!
Y nos gritamos
algunas cosas más.
Entretanto nos
miraba una pareja, algo más joven, a unos pasos, y los escuché:
-
Prométeme que nunca seremos así
-
Por supuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario